Queridos amigos, el martes, día 28 de abril a las 20,00 horas, tendremos el gusto de contar con la presencia de la poeta y ensayista Isabel Escudero en nuestra Asociación. El encuentro versará sobre su excelente libro FIAT UMBRA (Ed. Pre-textos, marzo 2008) que nos servirá de excusa para entablar una apasionante conversación en torno a la relación entre poesía y pensamiento. Para ello, Jorge Alemán (psicoanalista y escritor) e Ignacio Castro (filósofo) se encargarán de la presentación del texto, exponiendo sus singulares lecturas para abrir el espacio a todos aquellos que deseen intervenir en el diálogo. Y como el empeño más constante de la autora es devolver la poesía a la viva voz, liberándola de la escritura, se alternarán razonamientos con recitados y que sean los propios versos los que razonen.
Siguiendo con la dinámica desarrollada en Cruce para este tipo de actividad “lectora”, sería conveniente que todos los que quieran asistir hayan leído previamente el citado libro (aunque no es imprescindible) para lograr que el lugar sea atravesado por distintas voces. A este respecto, sirvan de invitación las palabras de Chantal Maillard acerca de la semejanza y la diferencia entre poesía y pensamiento, tras la lectura de estos versos:
“Obtuve la respuesta de repente, mientras leía el Fiat umbra de Isabel Escudero cuando, al darme cuenta de que levantaba los ojos del libro y me quedaba con la mirada perdida después de la lectura de uno de sus fragmentos, recordé un ejemplo que ponía Miguel Palacios en sus clases de Ética: el que lee filosofía, decía, levanta a menudo la cabeza, como hace un pájaro al beber. Así, lo leído se filtra, como el agua en la garganta del pájaro, y se asienta en el entendimiento. Pues bien, tomé conciencia, en ese instante de que no estaba leyendo un ensayo sino unos poemas y que, sin embargo, hacía el mismo gesto; la misma necesidad había de dejar que el agua se filtrase y hallase su camino hacia el núcleo. Si, pues, para beber el verso hay que levantar la cabeza, ¿qué diferencia existía entre el poema y el pensamiento?
No obstante, fiel al principio de sospecha, volví a la pregunta: ¿era realmente el mismo gesto? ¿Acaso no había, en la recepción de un buen poema, además del placer del entendimiento, un cierto paladeo? Ciertamente, el verso se»saborea». Y esto, el sabor, al que los filósofos de la India llamaban rasa, es algo que viene dado por la buena elaboración, por la sabia combinación de los ingredientes. No otra cosa es la poíesis.
Pero si bien la poíesis es el arte de hacer poemas, el poema no es la poesía. El poema es algo más. Nos abre una ventana, a veces pequeña, a veces grande, sobre el mundo. Nos cuenta algo que, sin saber, sabíamos, y que reconocemos. El poema es una evidencia que nos asombra.
Fiat umbra, a medio camino entre el haiku y la sentencia popular o la métrica breve castellana, estos «farolillos» expanden su luz en mi penumbra. Brevemente, a modo de estampas para la imaginación o para la inteligencia, permitiendo ese sesgo de la mente que tanto abreva. Beber un sorbo y levantar la cabeza. Como el pájaro”.
Os esperamos. Y como diría la poeta ¡Salud, amigos!
María Victoria Gimbel, presidenta de Cruce