«La esclavitud, estamos todos invitados»; Fermin Muñiz -Redes Sociales

ESCLAVITUD SOCIAL: NUEVAS COSTUMBRES Y COMPORTAMIENTOS

 Kubrick afirmó una vez que le fascinaban los anuncios de Nescafé instantáneo para la televisión. Según él resumían en medio minuto y pocas palabras toda una historia, un drama, una aventura, algo cotidiano y a la vez excepcional. Conseguían mostrar y contar con poco lo que algunos con mucho metraje ni siquiera insinuaban. En esos anuncios, alguien llegaba a su hogar, llovía o era de noche, o estaba en un faro o en una casa al final de una carretera. Llegaban cansados o con la cara desencajada o a veces se despertaban de madrugada o iban a trabajar, según la historia. Y ahí estaba la taza de Nescafé, que todo lo arreglaba, el confortante y autosuficiente catalizador de emociones Pues bien, la persona del anuncio de Nescafé lo tendría hoy un poco más complicado, pues nada más terminar (a veces ni eso) su taza de café caliente, tendría que actualizar su facebook indicando cómo se encuentra, poner una entrada en su blog, meter un mensaje en twitter, ver su myspace y cómo están sus amigos, contárselo a alguien en el messenger, etc. etc. Adiós descanso y adiós relajación.

Eso es lo que nos sucede hoy en día en los tiempos de la web 2.0 Ya no tenemos tiempo de prepararnos un nescafé, mejor el expreso que anuncia George Clooney, más guapo, fashion y rápido, sobre todo para poder dedicar el tiempo que nos quede libre a poner al día nuestras redes

Walter McClunsky recibió una carta de un desconocido en el que le adjuntaba este mismo mensaje que había enviado a diez personas y le instaba a reenviárselo a otras diez para que el mensaje se extendiera por el mundo y la buena suerte le acompañase. Usted tiene que mandar este mensaje (fotocopiado es suficiente, aunque escrito a mano le dará diez años más de felicidad) antes de diez días después de haberlo leído a diez personas diferentes, si lo hace, recibirá a cambio una suerte increíble en el amor, la persona que usted quiere pronto le demostrara todo lo que siente hacia usted, su equipo ganará la liga y el dinero lloverá como maná del cielo. Georgia O’Brian recibió el mensaje pero hizo caso omiso y en una semana la mala suerte y el infortunio comenzó a rondarle y la desesperación asoló  su vida manda esto a 10 personas diferentes y tu deseos se hará realidad, si no el mundo se volverá en contra tuya ¿Quién no se acuerda de estas cadenas de cartas que a veces aparecían en el buzón?

 Pues hoy Dakota lo que ha hecho es recibir una invitación de facebook de Rendell Smith que no aceptó. Como Rendell Smith es una persona popular en su entorno, consiguió que Channing Xio Adams no le aceptase como miembro del grupo “Cool People For World Domination” y entonces Dakota que era directora del grupo de opinión de su segundo curso en la Universidad de Amigdala, Southwest Carolina cayó en desgracia, el prefecto O’Bronsky la calificó como “poco participativa” no consiguió la beca del programa Lewinsky y ahora limpia habitaciones de un Motel 8 de la 101.

Según Mary Helen Immordino-Yang del Grupo de Neurociencia de la University of Southern California en un informe publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences Online Early Edition (www.physorg.com/news158864256.html) abusar de Facebook puede afectar al desarrollo de las emociones y el sentimiento de moralidad en los adolescentes, pues al experimentar en muy corto espacio de tiempo distintos cambios de estado de ánimo (“¿Cómo te encuentras hoy?”) y de opinión de múltiples personas no se perciben como reales y nos insensibilizamos ante ellos y ante los problemas ajenos. Antonio Damasio, investigador portugués, director del Instituto del Cerebro y la Creatividad de la misma universidad llegó a la misma conclusión sobre los problemas cognitivos del cerebro ante semejantes flujos de información

Otro informe de la Universidad de Ohio coordinado por la investigadora Aryn Karpinski ha comparado los resultados de más de doscientos estudiantes de la universidad y ha contrastado (¿de verdad era necesario un estudio para esto?) que los estudiantes más activos en la actualización de su perfil obtenían peores resultados académicos.

 No se trata de demonizar ahora el uso de redes sociales y de comunicación pero sí al menos de reflexionar sobre las mismas, cuestionar sus medios y utilizarlas en nuestro provecho y no en nuestra contra, y al menos intentar no ser presa de rutinas y comportamientos viciados y limitadores. El uso de satélites, comunicaciones on-line y GPS ha permitido que más de uno consiga salir del desierto (o el lío), donde se ha metido sin querer y a algún Kitín Muñoz cualquiera, ser rescatado en mitad del océano.

Pero el día a día de las relaciones sociales no debería ser parecido al del buscador de un médico de Urgencias, con unas señales constantemente emitiendo pues lo que se consigue es atar nuestro día a día a una repetición de usos y costumbres francamente obsesivos rozando la neurastenia.

La vida en sociedad en los países del “primer mundo” se desarrolla a un ritmo cada vez más rápido, motivado por los avances sociales, físicos y tecnológicos. Cada vez tenemos más cosas que hacer, dispositivos que utilizar, contactos que actualizar. Interactuar. Movilizar. Socializar. Pero esto a menudo en vez de mejorar nuestra vida la convierte en presa de convenciones y compromisos no siempre deseados. El teléfono móvil nos mantiene siempre comunicados. El GPS siempre localizados. E internet nos ha facilitado la vida en muchas situaciones pero a la vez ha creado un conjunto de obligaciones (correo electrónico, actualización continua de datos, etc) que se vuelven más enrevesadas con la llamada Web 2.0 . La www. social. La web del individuo. La red hecha (y tejida) por nosotros mismos (en teoría, eso dicen). La continua sucesión y actualización de datos implica una serie de compromisos y de relaciones que pueden llegar a lo maniático. La necesidad de tener la última noticia o la última opinión en el blog, Google como búsqueda continua o las redes sociales como myspace o facebook pueden llevarnos a ser esclavos de nuestro tiempo, de la inmediatez y la no reflexión. Y condicionar nuestra relación con los demás y con el mundo, volvernos obsesivos y alterar nuestra personalidad

Estar siempre conectado, localizable o en línea se ha convertido en una obsesión, como esa ansiedad que nos transforma en cuanto olvidamos nuestro teléfono móvil en casa. No va a suceder nada importante, es más que probable que en las dos o tres horas que estamos lejos de él suceda una noticia que nos afecte de manera importante (y a nivel personal, pues si es de carácter general enseguida internet nos pondrá al día). Se ha convertido en una manía y en un vicio más que en una necesidad de primer orden. Se ha conseguido crear una suerte de dependencia.¿Y por qué todo esto? Por la necesidad de la gente de saber de sus amigos o compañeros (¿de cotillear?). No podemos vivir sin información, personal o ajena, directa o abstracta pues cual adicción las cantidades que se necesitan para calmar la necesidad son siempre superiores. Así ha aumentado la necesidad de estar conectado. ¿Quién es capaz de imaginarse un mundo sin teléfono móvil? Pues hace diez años nadie o casi nadie lo tenía. Del mismo modo que hace quince años nadie conocía internet, no en vano era una red desarrollada por universidades americanas y organizaciones gubernamentales con fines de información interna y defensa militar que a principios de los años 90 permite la conexión de redes de distintas procedencias y populariza el e-mail.

Este era anterior a internet, no sólo con sellos postales sino como mensajes entre computadoras. Es su capacidad de conexión masiva lo que lo hace tan popular y utilizado entre el usuario de internet y constituye el medio de comunicación mundial más popular, al menos en el primer mundo, que también para esto hay clases. Después llegó el Messenger y Flick y Fotolog, la wikipedia, blogger, youtube y un buen día un estudiante de Harvard Mark Zuckerberg desarrolla una idea que había hecho para mantener la comunicación entre sus ex-compañeros de clase. Y aparece Tuenti y Twitter (y muchos más, estos son los más conocidos). Barack Obama realiza su campaña a través de estas páginas y se vuelve aún más popular. Además lleva añadido el plus de “modernidad” que a todos tanto nos atrae.

Claro que, nada de esto es gratis. Tanta diversión, información, sociabilidad, empatía no se regala a menos que el mundo sea por fin el musical “Hair” y la era de Acuario o Aquarius ya esté aquí. News Corporation , la empresa de Rupert Murdoch (dueño de la Fox, SKY TV y varios periódicos en Gran Bretaña, entre otras muchas inversiones) es la propietaria de Myspace, Google ha comprado youtube por más de 1.650 millones de dólares y AOL compró la red social Bebo por más de 850 millones de dólares. Twitter ha sido lanzada por Obvious Corporation, una empresa que se dedica a lanzar webs de distinto tipo y modelo  con el ánimo de que alguna triunfe y se adquiera un alto valor de mercado. Si bien nadie duda de que los comienzos de las redes fueron en un primer momento espontáneos y sin especial ánimo de lucro ahora mismo  se mueven grandes cantidades de dinero en torno a ellas. ¿El fin? Poseer información de los usuarios, conocer datos, tendencias y opiniones 

Una nueva burbuja se está formando en torno a estas redes sociales que hace que las ofertas por ellas conviertan en millonarios a sus creadores y las empresas de telecomunicación creen sus entornos con el ánimo de llevarse parte de la tarta. Tuenti ha vendido un 20% de sus participaciones a Qualitas Equity Partners, un fondo de inversión de capital riesgo, por 10 millones de Euros, lo que haría una valoración de  50 millones de Euros por el portal. Dado que se estimaban en 2 o 3 millones de usuarios (por aquel entonces) el público de Tuenti. Esperan facturar más de 30 Euros (como poco) por usuario, para asegurar la rentabilidad de la inversión. ¿Cómo? Con publicidad, comisiones por ventas, quien sabe, pero lo harán. Telefónica ha lanzado un servicio que quiere ser competencia directa de estas redes, keteke con gran despliegue publicitario (con Paris Hilton de por medio y todo!!!)

Por supuesto que las redes sociales son buenas por sí mismas. Como el libro Gordo de Petete ayudan y entretienen. Permiten que la gente se relacione, conozca cosas de los demás y favorecen la comunicación y el conocimiento. Y si no, que se lo digan a algunas bandas de secuestradores o de extorsión internacionales que aprovechan la información personal que aparece en las páginas para raptos y amenazas cuando no para tener vigilados y controlar a terceros. Tanto que en algunas organizaciones como la policía o ejército han pedido a sus miembros que extremen las  precauciones acordes con su labor profesional y no divulguen datos personales en MySpace o Facebook . Todas estas advertencias se han puesto en cuarteles y comisarías. Y los expertos recomiendan (no sólo en este sino en todos los casos) restringir la visibilidad, con lo que vuelve la paranoia y así la pasión por la conspiranoia, afición un pelín obsesiva pero siempre grata y recreativa. Claro que puede que sea una simple sobredosis de miedo y  todo pueden ser exageraciones.

Parece que es una moda, más o menos pasajera, que se olvidará (no se preocupen, otras vendrán ¿dónde tienen ustedes su tamatgochi…?)y que pasará.Pero esta moda ha puesto otra pieza en el eslabón de la esclavitud, el de la absoluta disponibilidad e información totalizada. En 1999 la NASA lanzó el satélite Terra que utilizando un espectroradiómetro para imágenes de resolución moderada (eh…esto… sus siglas son MODIS en inglés) ha conseguido tener cartografiado el planeta tierra en su totalidad. Ya quedan pocos territorios por explorar. Eso pertenece a siglos pasados. A lo mejor en el siglo XXI lo que toca es explorar a sus moradores (o sea nosotros). La historia siempre se repite y ya hace doscientos años lo decían: “Vivan las cadenas”.

Fermín Muñiz

Redes Sociales

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