Imagen: Roberto Graziano
DIÁLOGOS › JORGE ALEMÁN, PSICOANALISTA, CONSEJERO CULTURAL DE LA EMBAJADA ARGENTINA EN ESPAñA
“Un tiempo histórico donde lo subjetivo ha ingresado en la forma mercancía”
“Hay una discusión abierta en muchos frentes que, para personas como las de mi generación, constituye una segunda oportunidad extraordinaria”, asegura Alemán, que llegó a España exiliado en los ’70. Para Alemán no hay recetas ni puertas cerradas.
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Por Natalia Aruguete y Bárbara Schijman
–¿Cuál es el aporte de Lacan, la política en cuestión… para pensar la relación entre psicoanálisis y política?
–Es una relación tensa, problemática, porque la política se ocupa de los hechos colectivos y el psicoanálisis, en principio, se ocupa de la teoría del sujeto. Pero es cierto que a partir de Lacan, esa teoría del sujeto se vincula también a la construcción de los lazos sociales y, en particular, a la construcción discursiva de la realidad. A su vez, la política, las ciencias políticas y las teorías sociales han empezado a tener en cuenta cómo está hecho el sujeto. Por lo tanto, ya no basta describir los hechos objetivos, sino que es necesario considerar cómo se constituyen ciertas respuestas subjetivas en esos procesos. Las transformaciones sociales, o lo que impide que éstas ocurran, exigen –en muchas ocasiones– ver de qué manera han sido subjetivados esos procesos sociales. A su vez, después de la crisis del modelo neoliberal, a medida que vuelve a tomar forma la teoría de los antagonismos sociales, es necesaria una teoría de cómo funcionan los sujetos en esos antagonismos. Porque ya no son los antagonismos clásicos, como la lucha de clases, sino antagonismos más fragmentados, ya no aparecen claramente objetivables, pero sí funcionan dentro de la estructura social. A ese respecto, el psicoanalista puede dar cuenta de la implicación subjetiva de estos procesos.
–¿A qué llama “antagonismos fragmentados”?
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