CARTA ABIERTA A CRUCE
Para los que sí pensamos que CRUCE, Arte y Pensamiento contemporáneo, merece
seguir pensándose como problema (en mi opinión la única forma de pertenencia que
merece el esfuerzo) es decisivo entender cuáles son las implicaciones de las medidas
que la Junta Directiva pretende adoptar en los próximos meses, y qué significa ese
“proyecto cultural de Cruce” en las coyunturas social, económica y política concretas
de Madrid, España y Europa.
En el boletín número 1 de CRUCE (Abril de 1994), el editorialista se pregunta por lo
que llama el “primer problema”: ¿Tiene que haber una línea, además del área de
reflexión que van creando unas intervenciones vinculadas por la fuerza del propio
contraste? Y se contesta que “está en el aire”. Pero, al siguiente párrafo, vuelve sobre
lo mismo, como si el problema no pudiera mantenerse en el aire sin pesar sobre lo que,
a falta de mejor nombre, el editorialista acaba llamando “espacio”.
Decir “espacio” y retornar el problema de la “línea” (la interpretación del significado de
la programación) es todo uno: le obliga a distinguir las “líneas ya trazadas”, de las
“nuevas líneas posibles”, a rechazar un “nuevo eclecticismo”, y a negar que la línea
pueda reducirse a una mezcla de “lo que hay”. De modo que la “línea”, tocando el
espacio, le rebrota al editorialista fortalecida como una hidra antes de terminar el
párrafo, al cabo de un año de andadura, más o menos. Pero no sin respuesta y una
alternativa: “trabajar un espacio cambiante de encuentro”.
Desde el “primer problema”, línea y espacio se intrincan de tal forma, que todo lo que
ha venido aconteciendo en CRUCE hasta hoy, puede entenderse como una variante
renovada de este primer problema. Algo que debería seguir haciéndonos felices si la
amenaza de trocear CRUCE, de separar línea de espacio, no fuera el hueso del
“proyecto cultural de Cruce” que promueve la Junta Directiva actual.
Sigue el editorialista: “Se trata de que sea la combinación de las sucesivas propuestas
las que propicie otra lectura”. Es decir, que el hacer o la producción de CRUCE
precede a la lectura, que no es lineal porque no responde a un programa, y que esta
ausencia de programa y de línea es la que abre la posibilidad de que florezca “otra
lectura”.
DOS OPCIONES
Esa “otra lectura” descartaba,
…..
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