CRUCE arte y pensamiento contemporáneoLugar: Calle Dr. Fourquet, nº5

SENTENCIA Una exposición de Mario Gutiérrez Cru En Madrid, del trece al treinta de junio de dos mil diecinueve.

MAGISTRADOS
D. Equipo CRUCE
D. El observador de la SENTENCIA
D. El lector de la SENTENCIA

            La Sección de la Sala, integrada por los Magistrados que al margen se indican, ha visto, en VISUAL y en PÚBLICO, la presente exposición: SENTENCIA (de)muestra uno de los últimos trabajos de Mario Gutiérrez Cru, perteneciente a un propósito aún mayor titulado El estado de la nación. Este proyecto se asienta en una serie de reflexiones en torno a la situación político-social española, que en palabras del artista, se trata de “Un país caduco; basado en leyes y sistemas a día de hoy obsoletas”. Su afirmación le permite conducirnos hasta la idea de una nación que paulatinamente se fragmenta en ideologías, in/tolerancias y tendencias, y ve peligrar la libertad de sus ciudadanos.

Si consideramos el significado de “Sentencia”, caeríamos en que es la “decisión que toma una persona a la que se le ha otorgado una autoridad con el fin de resolver una controversia”. No obstante, aquí Mario no pretende convertirse en aquella persona con autoridad para resolver una controversia, sino más bien en quien denuncia el crimen, y actúa en la medida de lo posible, como comprobamos en esta ocasión, donde se exponen casos de corrupción, falta de escucha (e incluso del habla), engaños y la manipulación por parte de un sector dirigente hacia un otro que parece ser “el resto”, lo dirigidos. Lo que deriva en la pérdida de la confianza. 

ANTECEDENTES PROCES-USUALES
PRIMERO. – Entre septiembre y diciembre del año dos mil diecisiete, empecé a coincidir con Mario Gutiérrez Cru en algunas exposiciones de arte y otros eventos culturales, como en el festival de videoarte PROYECTOR y la inauguración de La cara oculta de la luna en CentroCentro Cibeles. En una breve presentación durante la inauguración de esta última, recuerdo haberle escuchado, si no me falla la memoria, algo así como “El soporte para mi obra es la instalación, lo audiovisual y, en ocasiones, la intervención performática. El discurso concierne a cuestiones políticas, concretamente a la denuncia y la exposición de los (malos) hechos”. Posteriormente, me dispuse a incrementar ese apetitoso statement en vivo, y como no podía serlo de otra forma, para conocer al artista moderno hay que entrar en su página web. Y así hice.

SEGUNDO. – En junio de dos mil dieciocho, por vez primera presencié una instalación de Mario Gutiérrez Cru. Aunque, fue algo fortuito, todo sea dicho. Me acercaba a Toledo para deambular por el festival Cohete Toledo. Lanzadera Internacional de Arte, el cual ha cogido cierto “bombo” en los últimos años. Una vez en el recorrido, casualmente me topé con una obra de Mario: un coche semi-hundido entre los columpios del Parque Paseo del Tránsito, a la espalda del Museo Sefardí y frente al mirador con vistas al valle del Tajo. La obra en particular era Donde no se pone el sol, y mostraba una trasera de un jeep militar techado con una lona del mismo color que el armazón metálico del vehículo: pardo. La puerta asomaba por uno de sus vértices, y en la esquina, una bandera de España. El otro lado se encontraba bajo tierra. Esta instalación, al igual que SENTENCIA, forma parte de El estado de la nación.
ESTADO EXCESO-EXENTO de PODER

TERCERO. – Parece que D.W. Griffith ha sido el escritor de este desaforado guión-discurso mostrado en el Espacio de Cruce arte y pensamiento contemporáneo, en que siguiendo el modelo The birth of a Nation, y sin la menor reserva, colma la sala de fuegos, humos, (alta) ficción, falsedades, incongruencia, en ocasiones un toque de sátira, e incluso, lo capa del habla. Por si hubiera la tentación de decir o afirmar algo. La idea sería, sin pedir mucha opinión ni permiso, construir la historia de una nación que nace de entre las cenizas, y ahora, se supone en potencia.
CUARTO. – Mario Gutiérrez Cru se revela como nuevo interlocutor del relato, y movido por el interés de intervenir en esta gran historia de la nación, venimos a denominar su versión audio-visual de
los hechos como The common fatherland of all Spaniards. Traducido en algo así como “La patria común de los españoles”.

QUINTO. – SENTENCIA es la obra que da título a esta exposición, y se compone de un tríptico en vídeo proyectado en la pared frontal, donde observamos la quema de los documentos referentes a la Sentencia del Caso Gürtel, uno de los capítulos más impactantes y bochornosos de esta Historia anexa al Estado de la Nación. En aditivo, los restos de la quema, pasados por las llamas, el humo y el agua purificadora del mediterráneo, se colocan en la pared que queda a la derecha de la puerta de acceso. Son las pruebas expuestas al fuego de la justicia, mientras las aguas, al son de las olas, intentan llegar a la escena, y el cielo y la arena observan, cómplices del crimen.  

SEXTO. – DISCURSO. Seis micrófonos se levantan del suelo, llegan hasta el segundo piso y superan la altura de la balaustrada metálica. Quedan inmóviles, con la mirada hacia la pared, pero, en verdad protagonizan la sala. Da comienzo la sentencia: “Cuando una sentencia sea firme, con arreglo a lo dispuesto en el art. 141 de esta Ley (Ley de enjuiciamiento criminal), lo declarará así el Juez o Tribunal que la hubiera dictado”.
Aquí, Observador y Lector de la SENTENCIA se convierten en autoridad, e intentan hablar, y consiguientemente, afirmar. Pero topan con una emisión en blanco.  

SÉPTIMO. – La puesta en escena corre una cortina a un lugar con cierto aire de abstracción, y resalta una luz tenue que se diluye con la figura del espectador. Le hace SOMBRA, silueta de un foco en perspectiva. Yo lo asemejo, de una forma tan conceptual como subjetiva,  al Zaguán de J.L. Borges, cuya estructura hace alusión a una habitación creada con el fin de dar acceso (o paso) a otras idénticas en proporciones y apariencias. Una suerte de recorrido infinito, un bucle de intenciones. En su interior, se podría decir que nuestro zaguán, CRUCE, comprende dos gabinetes de la misma forma que el escritor argentino describió en Babel; uno a la izquierda (En nuestro caso será al frente, la “quema” de la Sentencia); otro a la derecha (Arriba Discurso, y abajo, los restos de Sentencia). El primero, permite dormir a cualquier merodeador que se adentre en la sala, pero, con una condición: de pie. El otro, ha sido creado para satisfacer las necesidades finales, y permite HABLAR, pero, hablar en silencio.

En Madrid, a trece de junio de dos mil diecinueve

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