Del 7 de julio de 2022 al 30 de julio de 2022 Martes a viernes, de 17:00 a 20:00, sábado de 11:00 a 14:00
Cruce inaugura el próximo jueves 07 de julio a las 19h la muestra individual del artista chileno Claudio Correa comisariada por Mario Gutiérrez Cru. En colaboración con PROYECTOR.
El artista visual chileno Claudio Correa ha venido desarrollando una intensa actividad a través de residencias de investigación y exposiciones en distintos espacios culturales tanto internacionales como en España, donde reside hace unos años. Bajo la curaduría de Mario Gutiérrez Cru, presentará una nueva propuesta en Cruce. Arte y Pensamiento Contemporáneo (Calle del Dr. Fourquet, 5. 28012, Madrid). La exposición, titulada Calco de luz, se inaugura el 7 de julio próximo, y consta de instalaciones y vídeo en torno a la desaparición de las formas como las percibimos visualmente.
El vídeo Disolvencia, en una nueva versión, está protagonizado por pastillas que tienen grabados los rostros de importantes figuras del fútbol, como Messi, Cristiano Ronaldo, Alexis Sánchez y el entrenador Marcelo Bielsa, entre otros. Estas pastillas experimentan una disolución con efecto efervescente, cuyo sonido se confunde con el de una masa de gente que celebra un gol. Junto a esta obra audiovisual, se exhibirá la escultura Ángeles opacos, conformada por una serie de cuerpos desmembrados –utilizados para bromas en Halloween– que son instalados emulando un gabinete de curiosidades y situados detrás de una lámina translúcida de metacrilato, generando una imagen espectral y desenfocada.
La exposición también incluye la obra Bling Bling, consistente en una serie de medallas compuestas por prótesis dentales con incrustaciones de condecoraciones militares chilenas, a la manera de los ornamentos dentales usados en la subcultura bling, ligada al narcotráfico en Latinoamérica. Estas medallas están adaptadas para ser colgadas a muro, estableciendo un nexo a nivel simbólico entre la cultura militar, que exalta la disciplina, y la tribu urbana que se opone a cualquier forma de disciplinamiento, revelando la irrefrenable violencia que las atraviesa y desmantelando su estetización.
La muestra forma parte de la investigación emprendida por Claudio Correa en torno a la banalización de la violencia. El artista establece un paralelo entre las desapariciones producto de los atropellos a los DDHH y las actuales restricciones, producto del confinamiento exigido por la emergencia sanitaria. La pandemia instaló la primacía de la experiencia virtual, otorgándole a lo visual una preponderancia dentro del campo perceptivo.
El trabajo de Claudio Correa busca escenificar en Calco de luz: el borrado, el desenfoque y otras formas de desaparición del cuerpo y para ello toma como referencia tratamientos de la imagen, como los filtros que se utilizan en postproducción –blur–, como los efectos de errores en la imagen o la simple consecuencia de hacer zoom sobre una imagen de baja resolución, perdiéndose su nitidez e información.
A través de la investigación que ha venido desarrollando, Claudio Correa trabaja con la imagen en movimiento desde su espacialidad, como una manera de resaltar en el “ver” no solamente el desplazamiento de la mirada sino también del cuerpo, buscando así restituir la relación de lo visual con lo físico y sensorial, reinstalando al cuerpo en un rol (si se quiere) “subversivo” frente a la idea de experiencia desmaterializada, consecuencia de la interacción mediada por las pantallas.
En el actual contexto, invadido por la información (tanto verídica como falsa), sobrepoblado de imágenes y mensajes subliminales que gobiernan nuestros deseos y conductas, la exposición de Claudio Correa plantea nuevas preguntas sobre la desmaterialización, un tema determinante en las artes y en la cultura visual vigente.