Exposición de Rafael Quintero «El pensamiento como materia»

Del 1 de febrero de 2024 al 2 de marzo de 2024 Martes -Viernes: 17:00-20:00, Sábado 11:00 -14:00

El jueves 1 de febrero de 2024, a las 19:30h se inaugura la exposición de Rafael Quintero El pensamiento como materia que permanecerá en nuestro espacio hasta el 2 de marzo

La exposición está al cuidado de Fernando Baena

Desde mediados de 2020, estoy trabajando en una serie de pinturas, utilizando tintas y acuarelas sobre papel. Puede decirse que las obras que han surgido de este tiempo son “variaciones sobre un tema”, diversas versiones; puede que acertadas unas y desacertadas otras. La duda siempre en el proceso de creación, pero intento no perder esa mirada que me emociona, mantenerla a flote… Hay veces que se consigue. Buscar la libertad interior es la respiración del arte.

Defiendo que el dibujo, la línea, la mancha, la pintura… es la forma más profunda de conocimiento de la realidad. Y creo que en la superficie de la pintura está su máxima profundidad. Pero no puedo explicar de manera razonada el proceso que me lleva a realizar una pintura, ni su significado. Pienso que erramos al querer explicar con palabras la actividad que llevamos a cabo al pintar: los procesos que nuestra mente desarrolla no pueden trasladarse a otro lenguaje, en este caso al de las palabras. Una línea, un color, no tienen traducción exacta y fiel a la gramática.

El artista no crea de la nada, descubre, desvela formas que nunca son definitivas, formas que nacen de la transformación y renovación de otras formas. Son estratos que se extirpan de esa arcilla formada por todas nuestras vivencias. Hay una intención primigenia, pero ésta es sólo una idea aproximativa, formada a partir de sensaciones, emociones y sentimientos muy dispares, a veces, enfrentados, contradictorios, una amalgama que acabará traducida mediante un proceso material. El pensamiento como materia podría decirse. 

Transformación de la mirada, esa concepción de la realidad. No soy un pintor de apariencias. Representaciones, no descripciones. A partir de la observación del interior de mi estudio, mi nido, mi espacio de creación, he ido penetrando en mi interior psíquico. Una especie de boomerang que lanzo lejos y vuelve, una y otra vez, en una especie de continuum. Ese movimiento traza caminos innumerables que se entrecruzan, que forman surcos que profundizan en la materia, la arañan, la rasgan, la perforan, la rozan, dejando huellas, rastros y señales en esa oleada y ajetreo. Importancia del proceso pictórico y de la presencia física para convertir ese amasijo en una huella visible.

Rafael Quintero

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