Jacinto Lara

            Jacinto Lara nace en Fernán Núñez (Córdoba) y su entorno natural despierta en él el interés por las formas, las texturas y los colores propios del cultivo en la campiña cordobesa. Su observación pronto se trasladará a una pintura que trata de recoger esa riqueza paisajística y cambiante. Tras años de formación ecléctica dentro y fuera de España, Jacinto regresa a Córdoba donde es acogido por la comunidad artística de la ciudad, teniendo así la oportunidad de enriquecerse con la labor desarrollada por los miembros del Equipo 57, la ceramista Hisae Yanase y el escultor Manuel Cabello. Además, compartirá experiencias y trabajos con los artistas de su generación Juan Zafra, Hachim Cabrera, y poetas y escritores del Grupo Cántico. De forma paralela, su actividad artística estará encaminada a dinamizar la vida cultural de la ciudad a través de cursos, charlas, montaje y coordinación de exposiciones. Su interés por la difusión de la cultura y el deseo de que esta sea asequible para todos, le lleva a la cooperación en Nicaragua en La Casa de los Tres Mundos (Granada), con el objetivo de crear una escuela de arte.

            A partir de los años setenta comienza a exponer en distintas ciudades de España y Europa, con una obra que refleja un estilo muy figurativo con tintes surrealistas al que él mismo denominará como “Incomunirealismo” (la no comunicación de la realidad convencional). En los ochenta, su interés se desplaza hacia los campos de color con una plástica más cercana al expresionismo abstracto americano, sobre todo gracias al artista granadino Guerrero. En los noventa, su estilo evoluciona hacia la abstracción geométrica y al interés por los fractales. Esto unido a su fascinación por Oriente y los hayku le llevan a la realización de sus series sobre haykus y fractales que hoy siguen resonando en su producción. Actualmente forman parte también de su trabajo las esculturas, las instalaciones, la obra gráfica y la poesía.