Andar al alba

“Desde que el 2 de mayo del 2020 terminara el estado de alarma, empecé a pasear por Madrid aprovechando las mañanas. He venido empleando tres o cuatro horas diarias en recorrer todas las calles, de punta a punta, en un área circular de casi tres kilómetros de radio, con mi casa como centro. Un proyecto que titulo Andar al Alba y defino como “una acción sobre la construcción de un plano”. Aquellos primeros días sólo paseaba. Desde el 26 de junio comencé recorrer el espacio por segunda vez, a partir de entonces, documentando la acción mediante fotos y textos.

Uno de los resultados de este proyecto es el libro Andar al alba, donde está publicada esta foto. El libro es, entonces, el relato de una acción artística consistente en documentar a posteriori otra acción artística anterior que no fue documentada y que cuando inicié la segunda fase estaba ya casi hundida en las arenas de la memoria de su único espectador, yo mismo. De alguna manera, he estado realizando una arqueología de los meses pasados, fijándome en detalles, restos y reconstrucciones de lo que fue. Es evidente que este segundo momento es más del pensar que del sentir. De un pensar, no demasiado sesudo, apoyado en imágenes concretas y actuales, y en conocimientos más generales e ideologizados. Se trata, digamos, de una segunda cocción a otra temperatura que fija no los elementos sensoriales primeros, sino otros secundarios.

Finalmente, la elección de fotos y la redacción del texto se me desvelaron como actividades no tan lejanas a la ensoñación. Como en los sueños, y en consonancia con las vivencias y su recuerdo, los tiempos verbales se me entremezclaban en la escritura. A través suyo descubrí coincidencias, reincidencias, ecos, reticencias, fobias, manías y afinidades”.

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