«Blanca Paloma»
El dibujo de Juan Carlos Bracho ha evolucionado durante más de veinte años, pasando de gestos mínimos a intervenciones más físicas y concretas, cercanas a lo cartográfico. En 2014, en su proyecto «todos mis amigos me parecen guapos», Bracho registró a escala real las huellas del suelo de Cruce, transfiriéndolas sobre papeles de poliéster y apilándolos en una peana transparente. En 2024, vuelve a intervenir en Cruce, esta vez frotando tiza blanca en las paredes, creando un dibujo apenas visible, cuyos restos son solo una línea de polvo en el suelo, delimitando el espacio