Dos Esculturas de Pellizco


Pellizcar es verbo transitivo, lo que requiere la existencia de dos cuerpos o argumentos; la ductilidad del tejido en un cuerpo a cuerpo con el propio cuerpo.

Retorcer, apretándonoslos con el pulgar y otro dedo de la mano, una pequeña cantidad de piel y carne, o lo que es lo mismo, una tela suspendida: modelar y/o provocar un cambio en el cuerpo del tejido, sin causar una herida al atrapar y apretar.

Un pellizco es un agarre de un objeto flexible en el que se toma una porción entre dos dedos, hasta que duele o algo parecido, y se aprieta para que la porción agarrada del objeto se levante de su nivel normal.

Un pellizco es una partícula, una porción, un fragmento. También es fracción, pizca, parte, migaja, una insignificancia o pequeñez, una nimiedad, un ápice: un cambio en los cuerpos.

Dos volúmenes de piel presentados sobre la vertical de la pared, prendidos con alfileres.

Y una tercera obra exenta de la pared, suspendida con los hilos de la trama de su construcción: la escultura ondula y cimbrea con el aire y los movimientos de los cuerpos circundantes.

El que mira, puede girar, soplar, jugar con el volumen.

Autor/es

Detalles de la obra

Dimensiones
45x50 / 36x30. Retal modelado con aguja libre